Nunca he querido ser perfecto. Es en contra de la voluntad de Dios el que violentemos todo por tratar de ser perfectos. No fue una cualidad que el quiso de nosotros los humanos. Mi imperfección es mucho más grande que mis buenas intenciones. Quizás ese desbalance ha causado lagrimas, quizás como en "Legend of the Falls", yo soy la roca contra la que se estrellan todos los que me han amado. Aún así no me considero malo, solo impreciso, algo ingenuo y últimamente emocionalmente agresivo. Tanto de tanto, ya me tiene cansado y algo dentro de mí desea dejar al niño bueno e inocente resguardado del montón de infelices que tratan de hacerme la vida cuadritos. No morirá el niño en mí; pero muchos ya no lo conocerán. No cesaran mis buenas intenciones; pero ya muchos no sabrán de ellas. No cesaré de sentir profundamente; pero muchos podrán pensar que soy duro, frío e inamovible. Quizás el mundo admira más la fuerza demoledora que la paz constructora que siempre se acredita a los cobardes y a gente en contra del diario proseguir de la vida y de la rotación de la tierra. Solo el pasar del tiempo y la evaluación de los resultados dirán lo que esta bien y lo que esta mal
