EPITAFIO
Yace en este frío y ajeno lecho
el calor patrio de un extranjero.
Reposa por tanto batallar solo,
una voz y un pensar incansable.
Aquí permanecerán eternos,
los que un día fueron sueños
de crear justicia omnipresente
y libertad para todo ser viviente.
Se une hoy mi pensamiento libre
a la libertad de un espíritu
que no verá ya pobreza y llanto;
ni niños que no canten ni silven.
el calor patrio de un extranjero.
Reposa por tanto batallar solo,
una voz y un pensar incansable.
Aquí permanecerán eternos,
los que un día fueron sueños
de crear justicia omnipresente
y libertad para todo ser viviente.
Se une hoy mi pensamiento libre
a la libertad de un espíritu
que no verá ya pobreza y llanto;
ni niños que no canten ni silven.