Soledad, siempre te vi como la enemiga que me alejaba del amor y las sonrisas. Eras según mi pensar, un espina en mi corazón, una pena en mi semblante y una lagrima en mi mentón. Hoy reconozco en ti, una amistad, sincera. ¿Cuantas veces me haz dado la oportunidad de llegar yo llegar a ser mi mejor amigo? Cuantas veces de pena terminé hablando conmigo mismo, cuando en mis alegrías también lo puede haber hecho. Cuantas veces te haz aliado con el albacea de mi mayor tesoro, El Tiempo, para enseñarme que mi mente, mi corazón y mis anhelos de compañía puedes ser en ocasiones mis enemigos. Si mis noche han sido una carrera en contra de estar contigo, bien el cansancio me vence y me duermo cobijado por ti. Si bien alejabas de mi ese horizonte que siempre he querido alcanzar, siempre haz despejado mi caminar de aquella piedras que pudieran desalentarme de mi objetivo. En ti veo la mayor parte de mi vida, y si te odiara tendría que odiarme por vivir en ti gran parte de mi pasado. Hoy por fin te veré con ojos de enamorado, y cuando tu no estés, estaré enamorado, y cuando no este acompañado mi amor por ti no me desesperará ni pasaran mis días a cuanta gotas. Todo lo contrario contigo y conmigo viviré una activa vida de risas, anhelos, y esperanzas. Tu, Soledad, serás Soledad, nombre de mujer invisible que imaginaré siempre cándida, amorosa, y pendiente a mi. Tu chica Soledad, antes palabra soledad no te vayas de mi lado sin dejarme abrigado por el amor de una realidad que no tenga espera, dudas, ni fecha final.
Autor: W.A.G.F. 2002-08-22
A través de la vida mi aprendizaje ha sido complementado con vivencias, pasiones, ilusiones y sin sabores. He podido en ocasiones plasmar por escrito algo positivo de estas y ahora las comparto para brindar un enfoque diferente sobre aspectos de la vida, el amor, el pensamiento y la sociedad.