Ayudar a una persona no es llenarles las manos de dinero, es llenarle el corazón de amor, no es llenarle los ojos de sueños y fantasías, es llenarles el alma de esperanza, no es hablarle discursos coherentes, sino lograr escucharle sus secretos, no juzgarlos, mas si aconsejarlos, no empujarlos; mas si guiarlos. Es hacer una diferencia positiva en su vision de mundo.
Autor: WAGF