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domingo, 10 de mayo de 2009

WG Pensamiento 2009-05-10h A mi Madre

Sacastes mi vida del hoyo de la premura e incertidumbre, cuando tu corazón de madre cobijó mis esperanzas inciertas. La vida me la diste y ya el cielo te premió con un sitial preferido a la diestra de Dios. Si no he agradecido cada segundo desde tu partida, sabrás que no es por olvido; sino por que a mis hijos le estoy pasando mi lección aprendida; pasandole a ellos una fracción de todo tu amor y entereza.